Alejandra Costamagna es una de las voces más interesantes de la narrativa chilena contemporánea. Gracias a una estupenda iniciativa de la editorial Estruendomudo, se puede acceder a su narrativa breve con la reciente publicación de Imposible salir de la Tierra (Estruendomudo, 2016), libro que reúne una selección de cuentos de Costamagna publicados en sus libros anteriores más algunos inéditos. Ella estuvo en Lima, invitada a participar en la Feria Internacional del Libro (FIL Lima 2016).
Entrevista CARLOS M. SOTOMAYOR | Foto: Internet
- ¿Cómo fue el proceso de revisitar tus cuentos para esta antología que ha publicado Estruendomudo?
- Esto partió como una compilación de cuentos de distintos momentos. Inicialmente sería eso: una selección de textos escritos entre 2005 y 2015. Pero al leer el material fueron surgiendo afinidades y marcas comunes entre algunos relatos. Además del eco de ciertos temas (los vínculos de pareja y familiares torcidos, la enfermedad, el viaje, ciertas pérdidas), a veces aparecía una misma obsesión, un clima, una viscosidad similar. Eso marcó, en cierta forma, el proceso de selección: qué relatos irían y en qué orden. De qué forma dialogarían entre ellos, cómo armarían esa unidad que estaba apenas esbozada. Y en ese ejercicio de “revisita” entraron tanto relatos publicados como inéditos. Ahora que las piezas forman parte de un mismo mapa, me gusta leerlo como una especie de novela dispersa.
- Hay en los cuentos, a pesar de ser de distintas épocas, elementos que los emparentan. Lo importancia de aquello que podría llamar lo no dicho. ¿Hay una intención consciente de que el lector complete el sentido de la historia?
- Creo que la respuesta a esa pregunta la puedo dar mejor como lectora. Me interesan los silencios, lo que se construye a partir de lo que se omite en los textos. Huyo, en general, de los gritos en la escritura. Creo que las zonas de vacío son las que permiten tensionar los límites de lo posible. Y eso tiene que ver, naturalmente, con involucrar al lector y darle la oportunidad de entrar al texto por donde mejor se le antoje. Me hacen ruido y me aburren los textos que zanjan, concluyen y nos dejan encerrados en una única lectura.
- Una de las cosas que me han impactado más es que los personajes son personas como cualquier otra pero que de repente se encuentran en situaciones límite en el que todo parece venirse abajo.
- Hay una frase de Chejov que grafica bien esa idea de vértigo en medio de la normalidad que sugieres. Dice: “La gente está almorzando, almorzando nada más, y entre tanto cuaja su felicidad o se desmorona su vida”. Chejov decía que así debían conducirse sus personajes en una obra de teatro, como si nada pasara y al mismo tiempo estuviera estallando en pedazos la vida. Me gusta esa idea de la normalidad trizada. Estoy segura de que si hacemos foco en la vida ordinaria de cualquier persona, siempre, siempre vamos a encontrar alguna fisura.
- Hablando de estas situaciones dramáticas de los personajes, hay un humor negro persistente en tus relatos que evita, pienso yo, que se caiga en el melodrama.
- Ojalá sea así. Como lectora es algo que me interesa: que la gravedad nunca aplaste la escritura. Si no le damos aire a la calamidad, se transforma en puro calvario. Me atrae, además, hacer foco en el ridículo de los seres humanos, en las pequeñas torpezas que quitan solemnidad a nuestros actos cotidianos. Ese borde con el absurdo, esa extrañeza que puede bordear el delirio, me parecen muy seductores.
- Escribes cuentos y también novelas. ¿Cómo determinas o te das cuenta que una idea/historia encaja mejor en uno u otro género?
- Tal vez sea el proceso mismo el que lo determina, no lo sé. Aunque tampoco soy muy partidaria de las fronteras rígidas entre los géneros. Me gusta mucho cuando se desdibujan esos límites y aparecen novelas “acuentadas”, cuentos “cronicados”, relatos “apoemados” y todas las variantes posibles. En este libro, de hecho, hay distintos registros que desdibujan las cosas: desde “Agujas de reloj”, que es poco más que una viñeta, o “Cielo raso”, que son tres variaciones sobre un mismo tema, hasta “Naturalezas muertas” que es casi una nouvelle. Es como estirar la cuerda del género cuentístico.
- Hace poco estuviste en la FIL Lima. Qué tal esa experiencia?
La experiencia de la Fil Lima fue la experiencia de haber publicado con Estruendomudo en Perú. Admiro muchísimo el trabajo editorial de Álvaro Lasso. Ediciones cuidadas, un catálogo impecable, portadas que son una delicia. Los diálogos que tuve con algunos lectores peruanos durante los días de la feria me dejaron muy entusiasmada. Fue la sensación de publicar por primera vez. Y eso da gusto y vértigo.